La presión y la fuerza del vapor tienen un poder limpiador que no consiguen igualar ni los detergentes más avanzados. De hecho, el vapor se utiliza a habitualmente para limpiar y mantener lugares donde se exigen las máximas condiciones de higiene. Con el vapor se esterilizan los utensilios en los centros médicos y hospitales. La presión y la temperatura del vapor desincrustan y disuelven la suciedad, eliminando las bacterias, colonias de hongos y ácaros los cuales no pueden sobreviven a estos niveles de temperatura y presión, que suelen ser los responsables de las alergias. Su eficacia comprobada contra los ácaros es del 98% y a los alérgenos del 86%. Una elevada eficacia en lo que a destrucción de ácaros se refiere, doblando su efectividad respecto al aspirador tradicional.
Productos no encontrados